sábado, 5 de abril de 2008

El Vaciamiento de los Estados Unidos



Ésa es la conclusión más cercana al analizar la forma en la que los contribuyentes estadounidenses están financiando las enormes pérdidas de los especuladores de Wall Street. Esta suerte de "estatización de las pérdidas privadas" era hasta no hace mucho una práctica vista en países subdesarrollados luego que los grandes especuladores tomaran sus exhorbitantes ganancias y las llevaran al exterior, dejando luego los balances de las empresas en negativo. Luego, aparecía alguien, presidente o ministro de economía, diciendo que si no se cubrían los rojos de esas empresas con dinero público sobrevendría el caos. Lo tragicómico era que el caos ya había ocurrido y las estatizaciones de las pérdidas estaban destinadas a maquillar la realidad. Una realidad que terminaba estallando ante el peso de los efectos secundarios de ese caos. Pero hoy ya no se puede decir que fue "el imperialismo yanqui", porque lo mismo está ocurriendo en Estados Unidos. Muchos tendrán que darse cuenta que estos descalabros financieros no pertenecen a bandera alguna, respondiendo sólo a sus propios intereses y usando a los paises como marionetas. En suma, si unimos el siguiente análisis con
este post donde se habla de que los rescates del Fed van principlamente a Asia y le sumamos la transferencia de dinero, industria y tecnología a China, llegarán a la misma conclusión. Los que manejan las finanzas internacionales no trabajan ni para Washington, ni para Moscú, ni siquiera para Beijing por más que China se esté beneficiando.


El Asalto a los Libre Mercados


Peter Schiff, EuroPacific Capital

4-4-08

Artículo Original

Aquellos tomados por sorpresa por el reciente colapso financiero ahora están culpando a viva voz al mercado libre por su fracaso en limpiar sus propios excesos, y están pidiendo por una mayor regulación para prevenir desastres futuros. Pero para aquellos que observaron claramente los problemas desarrollándose (en cámara lenta y alta definición) la culpa puede ser dirigida de lleno a las políticas de la Reserva Federal de Greenspan/Bernanke. Como ha sido el caso en innumerables veces en la historia, el mercado libre ahora pagará el precio por la incompetencia del gobierno.

En sesiones del Senado esta semana, todos los partidos involucrados ignoraron totalmente la propia culpabilidad de la Fed en inflamar la fiebre especulativa. Es como si un baile de fin de curso se hubiera vuelto en una bacanal salvaje, y los padres enojados ahora preguntan por qué los chaperones no pudieron darse cuenta de la desnudez o por qué el DJ pasó música provocativa, mientras ignoran por completo al señor barbudo que vertía alcohol de grano en el bol del ponche.

Una ilustración perfecta del fracaso de la Fed para asumir la responsabilidad puede encontrarse en las explicaciones de Bernanke con respecto a la inflación, que él atribuye solamente a los efectos del rápido aumento de los precios de las materias primas globales. Olvidó mencionar que los precios de las materias primas están subiendo como consecuencia directa de su política monetaria, la cual está depreciando no sólo al dólar, sino a monedas de todo el mundo. En vez de aceptar la culpa por crear inflación, Bernanke está trasladando la culpa al libre mercado. Los senadores están felices de dejarlo salirse con la suya pues proporciona más evidencia para apoyar la “necesidad“ de más gobierno para salvar la economía de los desastrosos efectos del capitalismo desenfrenado.

Cuando se le preguntó cómo llegamos a este lío, Bernanke contestó que nuestros problemas resultaron de una burbuja excesiva del crédito caracterizada por un apalancamiento agresivo, préstamos imprudentes, y una toma de riesgos extremos. Ausente de su explicación estuvo el rol de la Fed en fijar irresponsablemente tasas de interés por debajo de los niveles del mercado, lo que valuó mal al riesgo, hizo que empezara la fiesta y la mantuvo a rabiar hasta las primeras horas de la mañana. La meta expresada por la Fed para gran parte de esta década fue, y es, animar y facilitar el pedir prestado y prestar.

Durante su testimonio, Bernanke continuó afirmando que Bear Stearns no fue rescatado ya que los accionistas recibieron sólo cerca de u$s 10 por acción. Por supuesto, u$s 10 es mejor que cero, que es lo que habrían recibido seguramente si la Fed no hubiera esparcido el dinero de los contribuyentes. ¿Qué hay acerca de los acreedores de Bear sin embargo? Aunque el colapso de Bear Stearns hubiera costado muchísimo a los tenedores de obligaciones, el rescate esencialmente los dejó enteros. Aquí otra vez, la Fed crea incluso mayores peligros morales al alentar una toma excesiva de riesgos. Saliendo al rescate de los prestamistas que extienden créditos excesivos, la Fed simplemente invita a que haya más de ese comportamiento. Al mercado libre debe permitírsele poner precio al riesgo. Los prestamistas deben saber que cuando prestan dinero, ya sea a bancos y fondos de cobertura muy apalancados, o a los compradores de propiedades o usuarios de tarjetas de crédito muy comprometidos, se arriesgan a no conseguir restitución. Al interferir con este proceso la Fed garantiza simplemente más pérdidas e incluso salvatajes urgentes más grandes en el futuro.

También, los especuladores apalancados necesitan saber que no es “cara, ganamos, cruz, los contribuyentes pierden”. Los ejecutivos de Wall Street amasaron fortunas haciendo apuestas extremadamente riesgosas. Ahora que esas apuestas se han agriado, ¿por qué es que los contribuyentes tienen que tragarse las pérdidas? Los multimillonarios de Wall Street ganan sus dólares sobre las espaldas de la clase media, que logró ascender poco pero paga toda la factura en la cuesta abajo.

Mientras que Bernanke habló de la fortaleza subyacente de nuestra economía, afirmó la necesidad de salvar a Bear Stearns de la bancarrota pues habría derribado todo nuestro sistema financiero entero. ¿Cuán sana puede estar nuestra economía si la caída de un banco de inversión podría derribarla? ¿Significa eso ahora que no se permitirá más que caigan grandes bancos o firmas de corretaje? Puesto que acusamos rutinariamente al Japón de practicar “capitalismo de amiguetes" ¿cómo supone usted que deberíamos llamar a nuestra versión?

Para no ser aventajado en premiar el comportamiento imprudente, a comienzos de la semana el Congreso aprobó u$s 15 mil millones en rebajas de impuestos para constructores de viviendas, quienes habían hecho sus fortunas sobre-construyendo durante la burbuja y descargando sus acciones patrimoniales a un público crédulo. Al amenazar con retener sus contribuciones políticas, estos mismos constructores son premiados con más miles de millones. A los últimos que deberíamos subvencionar es a los constructores de viviendas. Después de todo, lo último que necesitamos ahora son más casas.

La legislación también contuvo una disposición que ofrece abundantes créditos fiscales a los individuos que compran hogares en remates por ejecución de hipoteca. Mientras que esto se envía como un beneficio para los compradores de casas, es sólo otra tajada para los prestamistas, ya que aquellos que califican para las rebajas de impuestos pagarán simplemente más en las subastas ya que las rebajas de impuestos subvencionan las ofertas más altas. Los verdaderos ganadores son los acreedores que consiguen más en la ejecución de una hipoteca a como habría sido el caso si los compradores no hubieran tenido sus ofertas subvencionadas por el gobierno.

Por supuesto, para toda la plática acerca de los salvatajes de parte de los contribuyentes, ninguno de los senadores se molestó en mencionar que, por el momento, no hay aumento de impuestos actualmente sobre la mesa. En cambio, los salvatajes están siendo financiados por ahorristas, pensionistas, asalariados, inversionistas y los ancianos de ingresos fijos, quienes sufren todos escalonados aumentos en sus costos de vida, mientras la Fed utiliza la inflación para robar al hombre de la calle para cancelar la deuda de Wall Street.