lunes, 14 de abril de 2008

EE.UU y la guerra silenciosa contra China en Tibet


Leyendo entre líneas: la invasión a Irak, la amenaza de ataque a Irán, el escudo de misiles frente a Rusia, el financiamiento de los grupos anti-Beijing en Tibet y la peligrosa posición de China como acreedor de Estados Unidos. Justo, cuando los efectos de la crisis financiera se espera que se sientan en el dólar.

Juego geopolítico peligroso: Washington juega a la "Ruleta Tibet" con China

por F. William Engdahl

Global Research, 10 de abril de 2008

Artículo Original

Washington se ha decidido obviamente por un juego geopolítico de riesgo ultra elevado con Beijing al avivar las llamas de la violencia en Tíbet justo en este momento sensible en sus relaciones y en los preparativos para las Olimpiadas de Pekín. Es parte de una estrategia escalonada de desestabilización de China la cual ha sido iniciada por la administración Bush en los últimos meses. También incluye la tentativa de encender una Revolución de Azafrán anti-china en la vecina región de Myanmar, trayendo tropas de la OTAN dirigidas por Estados Unidos a Darfur donde las compañías petroleras de China están desarrollando reservas potencialmente enormes de petróleo. Incluye contramovidas a través de la África rica en minerales. E incluye esfuerzos vigorosos para convertir a la India en una importante nueva base estadounidense de avanzada en el subcontinente asiático que se desplegará contra China, aunque la evidencia hasta la fecha sugiere que el gobierno hindú está siendo muy cauteloso en no trastornar las relaciones chinas.

La actual operación del Tíbet consiguió al parecer luz verde en octubre del año pasado cuando George Bush acordó reunirse con el Dalai Lama por primera vez públicamente en Washington. El Presidente de los Estados Unidos no es ajeno a la alta apuesta de semejante insulto a Beijing. Bush profundizó la afrenta al socio comercial más grande de América, China, acordando participar mientras que el congreso de los EE.UU. concedía al Dalai Lama la Medalla de Oro del Congreso.

Las expresiones inmediatas de apoyo para los monjes carmesís del Tíbet de parte de George Bush, Condi Rice, Nicolas Sarkozy de Francia y Angela Merkel de Alemania adquirieron recientemente las dimensiones del absurdo. Merkel anunció que boicotearía la asistencia a los Juegos Olímpicos de Verano en agosto como protesta al tratamiento de Beijing hacia los monjes tibetanos. Lo que su secretario de prensa omitió es que ella ni siquiera había planeado ir en primer lugar.

Fue seguida por un anuncio de que el Primer Ministro de Polonia, el pro-Washington Donald Tusk, también se apartaría, junto con el presidente checo pro-E.E.U.U Vaclav Klaus. Es confuso si tampoco habían planeado ir en primer lugar pero servía para títulos dramáticos en la prensa.

La onda reciente de protestas violentas y de ataques documentados por parte de los monjes tibetanos contra los residentes Han chinos comenzó el 10 de marzo cuando varios cientos de monjes marcharon en Lhasa para demandar la liberación de otros monjes supuestamente detenidos por celebrar el premio de la Medalla de Oro del congreso de EE.UU. el pasado mes de octubre. A los monjes se unieron otros monjes que marchaban para protestar el dominio de Beijing en el 49° aniversario de la sublevación tibetana contra la dominación china.

El juego geopolítico

Como el mismo gobierno chino fue claro en precisar, la erupción repentina de la violencia anti-China en Tíbet, una nueva fase en el movimiento liderado por el Dalai Lama exiliado, fue sospechosamente cronometrado para poner el foco en los antecedentes sobre derechos humanos de Beijing en vísperas de las próximas Olimpiadas. Las Olimpiadas de Pekín son un acontecimiento considerado en China como un reconocimiento importante de la llegada de una nueva China próspera al escenario mundial.

Los actores tras bambalinas en la "revolución carmesí" del Tíbet confirman que Washington ha estado trabajando tiempo extra en estos últimos meses para preparar otra de sus infames Revoluciones de Color, estas protestas públicas alentadas para poner en el máximo aprieto a Beijing . Los agentes en el terreno y fuera del Tíbet son los sospechosos de siempre, atados al Departamento de Estado de EE.UU., incluyendo al National Endowment for Democracy (NED), la Freedom House de la CIA a través de su presidente, Bette Bao Lord y su papel en el Comité Internacional por el Tíbet, así como a la Trace Foundation financiada por la riqueza de George Soros a través de su hija, Andrea Soros Colombel.

El primer ministro chino Wen Jiabao ha acusado al Dalai Lama de orquestar el último disturbio para sabotear los Juegos Olímpicos "para alcanzar su incalificable meta", la independencia tibetana.

Bush llamó por teléfono a su homólogo chino, el presidente Hu Jintao, para ejercer presión para negociaciones entre Beijing y el Dalai Lama exiliado. La Casa Blanca dijo que Bush, "planteó sus inquietudes por la situación en el Tíbet y animó al gobierno chino a comprometerse en un diálogo substantivo con los representantes del Dalai Lama y a permitir el acceso de periodistas y diplomáticos.

El presidente Hu, según se informa, dijo a Bush que el Dalai Lama debe "detener este sabotaje" de las Olimpiadas antes que Beijing tome una decisión sobre negociaciones con el líder espiritual tibetano exiliado, dijo el portavoz del ministerio de asuntos externos Qin Gang.

Los extraños amigos del Dalai Lama

En occidente la imagen del Dalai Lama ha sido tan promovida que en muchos círculos casi lo juzgan como a un dios. Mientras que la vida espiritual del Dalai Lama no es nuestro foco, es relevante observar brevemente los círculos en los que ha elegido viajar en la mayor parte de su vida.

El Dalai Lama viaja en lo que se puede llamar solamente los círculos políticos más bien conservadores. Lo que se olvida generalmente hoy es que durante los años '30 los nazis incluyendo al jefe de la Gestapo Heinrich Himmler y otros importantes líderes del partido nazi consideraban al Tíbet como el lugar sagrado de los sobrevivientes de la perdida Atlántida, y el origen de la "raza pura nórdica".

Cuando tenía 11 y ya designado como Dalai Lama, se hizo amigo de Heinrich Harrer, un miembro del partido nazi y oficial de la temible SS de Heinrich Himmler. Lejos de su imagen inocente en la popular película de Hollywood con Brad Pitt, Harrer era un miembro de élite de las SS cuando conoció al Dalai Lama que tenía entonces 11 años y se hizo su tutor en "el mundo fuera del Tíbet". Mientras que sólo el Dalai Lama conoce el contenido de las lecciones privadas de Harrer, los dos permanecieron siendo amigos hasta que Harrer falleció a los 93 en 2006.

Esa única amistad, por supuesto, no define el carácter de una persona, pero es interesante en el contexto de amigos posteriores. En abril de 1999, junto con Margaret Thatcher, y el ex embajador en Beijing, director de la CIA y presidente, George H.W. Bush, el Dalai Lama exigió al gobierno británico la liberación de Augusto Pinochet, el ex dictador fascista de Chile y cliente de larga data de la CIA que visitaba Inglaterra. El Dalai Lama impulsó que Pinochet no fuera forzado a ir a España donde lo requerían para procesarlo por crímenes contra la humanidad. El Dalai Lama tenía lazos cercanos con Miguel Serrano, jefe del Partido Nacional Socialista de Chile, un partidario de algo llamado Hitlerismo esotérico.

Dejando de lado en este punto la demanda del Dalai Lama a la divinidad, lo que es incuestionable es que ha sido rodeado y financiado significativamente, desde su exilio en la India en 1959, por servicios de inteligencia estadounidenses y occidentales y su horda de ONGs. Es la agenda de los amigos de Washington del Dalai Lama lo que es relevante aquí.

El NED trabajando otra vez...

Como el autor Michael Parenti observa en su trabajo, Friendly Feudalism: The Tíbet Myth (Feudalismo Amistoso: El Mito Tibetano), "durante los años '50 y '60, la CIA activamente respaldó la causa tibetana con armas, entrenamiento militar, dinero, apoyo aéreo y toda clase de ayuda." La Sociedad Americana para una Asia Libre con base en EE.UU, una pantalla de la CIA, publicó la causa de la resistencia tibetana, con el hermano mayor del Dalai Lama, Thubtan Norbu, desempeñando un papel activo en el grupo. El segundo hermano mayor del Dalai Lama, Gyalo Thondup, estableció una operación de inteligencia con la CIA en 1951. Fue actualizado más tarde como una unidad guerrillera entrenada por la CIA cuyos reclutas se lanzaron en paracaídas de regreso al Tíbet, según Parenti.

Según los documentos desclasificados de la inteligencia de los EE.UU. publicados a fines de los '90, "durante la mayor parte de los '60, la CIA proveyó al movimiento tibetano exiliado con u$s 1.7 millones al año para operaciones contra China, incluyendo un subsidio anual de u$s 180.000 para el Dalai Lama."

Con la ayuda de la CIA, el Dalai Lama huyó a Dharamsala, India en donde vive al presente. Continúa recibiendo millones de dólares en apoyo hoy, no de la CIA pero sí de una organización pantalla de la CIA que suena más inofensiva, financiada por el congreso de los EE.UU., la National Endowment for Democracy (NED). El NED ha sido instrumental en cada desestabilización de Revoluciones de Color desde Serbia a Georgia y de Ucrania a Myanmar. Sus fondos van para respaldar los medios de comunicación de la oposición y las campañas globales de relaciones públicas para popularizar a sus candidatos favoritos de la oposición.

Como en las otras recientes Revoluciones de Color, el gobierno de los EE.UU. está avivando las llamas de la desestabilización contra China financiando a organizaciones de protesta de la oposición dentro y fuera del Tíbet a través de su brazo, el NED.

El NED fue fundado por la administración Reagan a principios de los '80, bajo la recomendación de Bill Casey, Director de Reagan de la CIA, siguiendo una serie de exposiciones de alta-publicidad de asesinatos y desestabilizaciones de la CIA en regímenes antipáticos. El NED fue diseñado para presentarse como una ONG independiente, separada a un paso de la CIA y de las agencias gubernamentales para ser menos visible, probablemente. El primer presidente temporario del NED, Allen Weinstein, comentó al Washington Post que, "mucho de lo que nosotros [el NED] hacemos hoy fue hecho secretamente hace 25 años por la CIA."

El historiador de la inteligencia americana, William Blum declara, "El NED desempeñó un papel importante en el asunto Irán-Contra de los años 80, financiando componentes claves del tenebroso proyecto de Oliver North “Proyecto Democracia.” Esta red privatizó la política exterior de EE.UU, emprendió la guerra, manejó armas y drogas, y se involucró en otras actividades igualmente encantadoras. En 1987, un portavoz de la Casa Blanca indicó que aquellos en el NED “manejaban el Proyecto Democracia”.

La organización más prominente pro Dalai Lama por la independencia del Tíbet es hoy la Campaña Internacional por el Tíbet, fundada en Washington en 1988. Al menos desde 1994 la CIT ha estado recibiendo fondos del NED. La CIT entregó su premio Luz de Verdad en 2005 a Carl Gershman, fundador del NED. Otros ganadores del CIT han incluido a la Fundación alemana Friedrich Naumann y al líder checo, Vaclav Havel. La junta directiva de la CIT está formada por ex funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU. incluyendo a Gare Smith y Julia Taft.

Otra organización anti-Beijing especialmente activa es la de Estudiantes para un Tíbet Libre (ETL) con sede en EE.UU, fundada en 1994 en New York como un proyecto del comité estadounidense del Tíbet y del CIT financiado por el NED. El ETL es más conocido por desplegar una bandera de 450 pies encima de la Gran Muralla en China; pidiendo por un Tíbet libre, y acusando a Beiing con demandas enteramente sin sustento de genocidio contra el Tíbet. Al parecer crea un buen drama el reunir a estudiantes ingenuos.

El ETL estuvo entre las cinco organizaciones que en este último enero proclamó el comienzo de un "levantamiento popular tibetano” el 4 de enero de este año y cofundó una oficina temporal a cargo de la coordinación y el financiamiento.

Harry Wu es otro partidario prominente del Dalai Lama contra Beijing. Se hizo notorio por afirmar falsamente, en una entrevista en 1996 de la revista Playboy, que él había "videograbado a un preso cuyos riñones le fueron quitados quirúrgicamente mientras estaba vivo, y luego sacaron al preso y le dispararon. La cinta fue difundida por la BBC.“ La filmación de la BBC no mostró nada de ese tipo, pero el daño estaba hecho. ¿Cuánta gente revisa los archivos viejos de la BBC? Wu, un profesor retirado de Berkeley que salió de China después del encarcelamiento como disidente, es el jefe de la Fundación de Investigación de Laogai, una organización exenta de impuestos cuya financiación principal proviene del NED.

Entre proyectos relacionados, el NED financiado por el gobierno estadounidense también apoya al diario Tibet Times, que funciona desde la sede de exilio del Dalai Lama en Dharamsala, India. El NED también financia al Centro Multimedial del Tíbet para la "difusión de información que trata la lucha por los derechos humanos y la democracia en el Tíbet," también con sede en Dharamsala. Y el NED financia al Centro Tibetano para los Derechos Humanos y la Democracia.

En suma, las huellas del Departamento de Estado y de la comunidad de inteligencia estadounidense están todo alrededor del surgimiento de la movida de Tíbet Libre y de los ataques anti-Han chinos de marzo. La pregunta que hay que hacerse es ¿por qué?, y especialmente ¿por qué ahora?

Tesoro de minerales brutos del Tíbet

Tíbet es de una importancia estratégica para China no sólo por su localización geográfica a caballo de la frontera con la India, el más nuevo aliado anti-China de los EE.UU en Asia. Tíbet es también un tesoro de minerales y también petróleo. Tíbet contiene algunos de los depósitos más grandes de uranio y bórax del mundo, la mitad del litio del mundo, los depósitos más grandes de cobre de Asia, enormes depósitos de hierro y más de 80.000 minas de oro. Los bosques del Tíbet son la reserva más grande de madera a disposición de China; ya para 1980, unos u$s 54 mil millones estimado en árboles habían sido derribados y tomados por China. Tíbet también contiene algunas de las reservas de petróleo más grandes de la region.

En la frontera de la Región Autónoma del Tíbet a lo largo de la Región Autónoma de Xinjiang Uygur es también una región extensa de petróelo y mineral en la Cuenca del Qaidam, conocida como una "cuenca tesoro”. La cuenca tiene 57 tipos diferentes de recursos minerales con probadas reservas incluyendo petróleo, gas natural, carbón, sal, potasio, magnesio, plomo, cinc y oro. Estos recursos minerales tienen un valor económico potencial de 15 billones de yuan o u$s 1.8 billones. Probadas reservas de potasio, litio y sal en la cuenca son las más grandes de China.

Y situado como está, en el "techo del mundo", el Tíbet es quizás la reserva de agua más valiosa del mundo. Tíbet es la fuente de siete de los ríos más grandes de Asia que proporcionan agua para 2 mil millones de personas. Él que controle el agua del Tíbet tiene una poderosa palanca geopolítica de gran alcance sobre toda Asia.

Pero el interés primario de Tíbet para Washington hoy es su potencial para actuar como palanca para desestabilizar y chantajear al gobierno de Beijing.

La No Violencia de Washington como forma de guerra

Los acontecimientos en Tíbet desde el 10 de marzo han sido pasados en los medios occidentales con poco respeto por la exactitud o el chequeo cruzado independiente. La mayor parte de las imágenes que saltaron en diarios y TV europeos y estadounidenses ni siquiera han sido de opresión militar china contra lamas o monjes tibetanos. Se ha demostrado que en la mayoría de los casos eran imágenes de Reuters o AFP de chinos Han siendo golpeados por monjes tibetanos en organizaciones paramilitares. A veces los canales de televisión alemanes pasaron imágenes de video de golpizas que ni siquiera eran del Tíbet sino más bien de la policía nepalesa en Katmandu.

La complicidad de los medios occidentales simplemente subraya aún más que las acciones alrededor del Tíbet son parte de un esfuerzo bien orquestado de desestabilización de parte de Washington. De lo que pocas personas se dan cuenta es que la National Endowment for Democracy (NED) fue también instrumental, junto con el mal llamado Instituto Albert Einstein de Gene Sharp a través del Coronel Robert Helvey, en alentar las protestas estudiantiles en la Plaza de Tiananmen en junio de 1989. El Instituto Albert Einstein, como se describe a sí mismo, se especializa en “la no violencia como forma de guerra.”

El Coronel Helvey estuvo antes con la Agencia de Inteligencia para la Defensa ubicada en Myanmar. Helvey entrenó en Hong Kong a los líderes estudiantiles de Beijing en las técnicas de manifestación masiva que iban a utilizar en el incidente de la Plaza de Tiananmen en junio de 1989. Se cree que ahora está actuando como consejero de Falun Gong en técnicas similares de desobediencia civil. Helvey se retiró simbólicamente del ejército en 1991, pero había estado trabajando con el Instituto Albert Einstein y la Fundación de Sociedad Abierta de George Soros mucho antes. En su informe anual para el Instituto Albert Einstein de Helvey de 2004 admitió que aconsejaba gente en el Tíbet.

Con la aparición del uso del Internet y del teléfono móvil, el Pentágono ha refinado una enteramente nueva forma de cambio de régimen y desestabilización política. Como un investigador del fenómeno detrás de la ola de Revoluciones de Color, Jonatán Mowat, la describe,

"...Lo que estamos viendo es el uso civil de la doctrina "Revolución en Asuntos Militares” del Secretario Donald Rumsfeld, que depende de pequeños despliegues altamente móviles de grupos “habilitados” mediante inteligencia y comunicaciones “en tiempo real”. Escuadrones de soldados que asumen el control de cuadras de la ciudad con la ayuda de pantallas de video en "cascos inteligentes” que les un panorama instantáneo de su entorno, constituyen el lado militar. Bandas de jóvenes convergiendo en intersecciones puestas como objetivos en diálogo constante con teléfonos celulares constituyen la aplicación civil de la doctrina.

"Este paralelo no debería ser sorprendente siendo que los militares estadounidenses y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) subsidiaron el desarrollo de Internet, los teléfonos móviles, y las plataformas de software. Desde su inicio, estas tecnologías fueron estudiadas y experimentadas con el objeto de encontrar el uso óptimo en una nueva clase de guerra. La “revolución” en la guerra que tales instrumentos nuevos permiten ha sido llevada al extremo por varios especialistas en la guerra psicologica. Aunque estos utópicos militares han estado trabajando en altos niveles (por ejemplo el RAND Corporation) por un tiempo muy largo, en gran parte sólo tomaron el control de algunas de las estructuras de comando más importantes del aparato militar de EE.UU. con la victoria de los neoconservadores en el Pentágono de Donald Rumsfeld.

Meta para controlar China

La política de Washington ha utilizado y refinado estas técnicas de la "no violencia revolucionaria" y las operaciones del NED incorporaron una serie de proyectos de golpes de estado "democráticos" o suaves como parte de una estrategia más grande que intentaría cortar el acceso de China a sus reservas vitales externas de petróleo y gas.

La frase de 1970 atribuida al por entonces Secretario de Estado Henry Kissinger, un partidario de geopolítica británica en un contexto americano viene a cuento: "si usted controla el petróleo, controla naciones enteras..."

La tentativa de desestabilización de parte de Washington usando el Tíbet, sin duda con reservada "ayuda" de sus amigos en los servicios de inteligencia británicos y de otros aliados estadounidenses, es parte de un patrón claro.

Incluye las tentativas de "Revolución de Azafrán" de Washington para desestabilizar Myanmar. Incluye el esfuerzo en curso para introducir a las tropas de la OTAN en Darfur para bloquear el acceso de China a los recursos petrolíferos estratégicamente vitales de allí y de otros lugares de África. Incluye tentativas para fomentar problemas en Uzbekistan, Kyrgystan y para interrumpir los proyectos de la nueva y vital tubería de energía de China hacia Kazakhstan. Las antiguas rutas comerciales asiáticas del Gran Camino de la Seda pasaban a través de Tashkent en Uzbekistan y Almaty en Kazakhstan por razones geográficamente obvias, en una región rodeada por importantes cordilleras. El control geopolítico de Uzbekistan, Kyrgystan, Kazakhstan permitiría el control de cualquier potencial gaso-oleoducto entre China y Asia central, tal como la circunvalación de Rusia controla los gao-oleoductos y otros lazos entre ésta y Europa occidental, China, India y Medio Oriente, en donde China depende de flujos ininterrumpidos de petróleo desde Irán, Arabia Saudita y otros países de la OPEP.

Detrás de la estrategia para cercar a China

En este contexto, un revelador análisis de Zbigniew Brzezinski del Concejo de Relaciones Exteriores de Nueva York en su revista Foreign Affairs de Septiembre/Octubre de 1997 es digno de mención. Brzezinski, un protegido de David Rockefeller y un seguidor del fundador de la geopolítica británica, sir Halford Mackinder, es hoy el consejero de política exterior del candidato presidencial, Barack Obama. En 1997 reveladoramente escribió:

"Eurasia es hogar de los países más firmes y dinámicos del mundo. Todos los pretendientes históricos al poder mundial se originaron en Eurasia. Los aspirantes más populosos del mundo a la hegemonía regional, China e India, están en Eurasia, así como lo están todos los potenciales desafiantes políticos o económicos de la primacía americana. Después de los Estados Unidos, las siguientes seis mayores economías y de mayor gasto militar están allí, al igual que todas - excepto una - las potencias abiertamente nucleares del mundo, y todas - excepto una - las secretamente nucleares. Eurasia representa el 75 por ciento de la población mundial; el 60 por ciento de su PBI, y el 75 por ciento de sus recursos energéticos. Collectivamente, el poder potencial de Eurasia eclipsa incluso al de America.

"Eurasia es el super-continente axial del mundo. Una potencia que dominara Eurasia ejercería influencia decisiva sobre dos de las tres regiones más económicamente productivas del mundo, Europa occidental y el Este Asiático. Un vistazo al mapa también sugiere que un país dominante en Eurasia controlaría casi automáticamente el Medio Oriente y África. Con Eurasia ahora sirviendo como decisivo tablero de ajedrez geopolítico, ya no es más suficiente formar una política para Europa y otra para Asia. Lo que suceda con la distribución de poder en las tierras eurasiáticas será de importancia decisiva para la primacía global de América..."

Esta declaración, escrita mucho antes del bombardeo liderado por Estados Unidos contra la antigua Yugoslavia y las ocupaciones militares de EE.UU. en Afganistán e Iraq, o de su ayuda al gaso-oleoducto de Baku-Tbilisi-Ceyhan, pone las declaraciones de Washington acerca de "librar al mundo de la tiranía" y la expasión de la democracia, en un contexto algo diferente de aquel usualmente mencionado por George W. Bush acerca de otros.

Es sobre hegemonía global, no democracia. No debería ser ninguna sorpresa cuando potencias como China no están convencidas de que dar a Washington tal abrumador poder esté en el interés nacional de China, ni mucho menos que Rusia piense que sería un paso hacia la paz el dejar que la OTAN engulla a Ucrania y Georgia y que ponga misiles estadounidenses a las puertas de Rusia para "defenderse contra la amenaza de un ataque nuclear iraní contra los Estados Unidos."

La desestabilización liderada por Estados Unidos en el Tíbet es parte de un cambio estratégico de gran importancia. Llega en un momento en que la economía y el dólar estadounidenses, aún la moneda de reserva del mundo, están en la peor crisis desde los años '30. Es significativo que la administración estadounidense envíe al banquero de Wall Street, ex presidente de Goldman Sachs, Henry Paulson a Beijing en medio de sus esfuerzos para colocar en aprietos a Beijing en el Tíbet. Washington está jugando literalmente con fuego. China sobrepasó hace tiempo a Japón como el mayor tenedor de reservas en moneda extranjera del mundo, ahora en el orden de los u$s 1.5 billones, la mayor parte de los cuales está invertido en títulos de deuda del Tesoro de EE.UU. Paulson sabe bien que si Beijing se decidiera podría poner al dólar de rodillas vendiendo solamente una pequeña porción de sus títulos de deuda estadounidense en el mercado.