viernes, 26 de noviembre de 2010

NUEVO BLOG DE PETER SCHIFF EN ESPAÑOL

La continuación de este blog con artículos de Peter Schiff, Jim Rogers y Nouriel Roubini, traducidos al español los encontrarán en mi nuevo blog: Peter Schiff en Español.

viernes, 12 de febrero de 2010

EE.UU vs China: la tirantez del Nuevo Orden...

Silencios y amenazas veladas en el desencuentro entre China y EUA

10:55 | 09/ 02/ 2010

Dmitri Kosirev, RIA Novosti

Una pausa de una semana. Esto ha sido lo más destacable e inesperado en las conversaciones entre EUA y China. Un período de vacío, cuando no ha ocurrido absolutamente nada y que solamente ha servido para fomentar una ola de alarmismo en los medios de comunicación. Washington ha venido aparentando durante estos días que no ha ocurrido nada de particular, que la crisis más profunda y complicada de toda la política exterior de Barack Obama hasta la fecha, en realidad no es tal.

Pero las treguas no son permanentes, ni siquiera en las pausadas relaciones con China. Según la prensa de Pekín, el Ministro de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, asistirá, por primera vez en la historia de su país, a la Conferencia Internacional de Seguridad de Munich, donde se entrevistará con altos cargos estadounidenses, incluido el Secretario de Defensa de EUA, Robert Gates.

Como es sabido, durante las reuniones informales es donde se fraguan las decisiones políticas y diplomáticas de mayor trascendencia. Por eso, hay grandes esperanzas de que el conflicto entre China y EUA se resuelva tras la Conferencia de Munich. Un conflicto que ha tenido un efecto colateral muy positivo como es sacar a la luz muchas e importantes realidades del nuevo orden mundial.Como siempre en estos casos, aquello que vemos no coincide con la realidad subyacente. Y lo que vemos y sabemos es que, el (29 de enero de 2010) la Administración de Barack Obama, anunció que finalmente cumplirá sus compromisos de suministro de armas a Taiwán por US$6.400 millones. Y más, acto seguido, el propio presidente estadounidense comunicó su decisión firme e inmediata de reunirse con el Dalai Lama, Líder Religioso del Tíbet que vive en exilio.

La respuesta de China fue inmediata: suspendió su programa de cooperación militar con EUA y amenazó con imponer sanciones sobre las empresas estadounidenses relacionadas con el asunto de Taiwán, incluyendo a la influyente Boeing. Esto que vemos parece la siguiente escena de la eterna mascarada diplomática que se traen ambos países. EUA siempre ha vendido armas a Taiwán y ha mantenido contactos con los exiliados del Tíbet. China siempre ha protestado, pero con la boca pequeña, asegurándose de que su resonancia nunca fuera excesiva y la sangre no llegara al río. Sin embargo, estamos en (2010) y la situación global ha cambiado drásticamente.

El cumplimiento del contrato por US$6.400 millones, firmado hace varios años, ha ido siendo postergado, incluso hasta cuando George W. Bush ocupaba el sillón presidencial y tomaba algunas decisiones temerarias. La única diferencia es que, en aquella época, el cliente era el Presidente Proestadounidense, Chen Shui-bian; mientras que el actual mandatario taiwanés, Ma Ying-jeou, pertenece a otro partido, que no es esencialmente propekinés, pero sí que ve el futuro en un acercamiento de las relaciones con China. Las armas y el contrato están ahí, pero la coyuntura ha cambiado y el suministro ya no es tan urgente.

Además, hoy sería ridículo esperar que EEUU apoye en serio a los separatistas de Taiwán o, por ejemplo, de la región autónoma de Xingjian Uighur (al oeste de China). Este tipo de tácticas pudieron haber tenido algún sentido en la época del presidente Bill Clinton, pero, con la llegada de George W. Bush al poder, los planes para debilitar a China apoyando a Taiwán, a los exiliados del Tíbet o a los terroristas de Xingjian, se revelaron anticuados e inútiles. China ya no es la misma que era y EUA tampoco.

Barack Obama, al hacer pública la operación con Taiwán, ha ido contra sus propios intereses y ha cometido un error que, incluso George W. Bush habría evitado. Las razones son un misterio. Es posible que pretendiera presionar a Pekín (Beijing) para conseguir su apoyo en las sanciones contra Irán, pero hoy en día es absurdo confiar en poder forzar a China a dar pasos contrarios a su voluntad política. Por lo que respecta a China, esta nueva suspensión de la cooperación militar no significa nada para el gigante asiático. La colaboración militar con EUA se asemeja a la palabrería vacua de las sesiones del Consejo Rusia-OTAN, es decir, una ficción, agua de borrajas. Pero las sanciones económicas que puede aplicar China contra EUA, es un asunto muy diferente e importante.

La Multinacional Boeing, por ejemplo, planea vender a China aviones por valor de US$200.000 millones durante los próximos 20 años. Y cada avión de esta empresa que despega, digamos en Nairobi o Frankfurt, está equipado con un 30% de piezas fabricadas en China. Resulta difícil de creer que EUA sacrifique fructíferas relaciones comerciales de este tipo por un puñado de Sistemas Antiaéreos Patriot, dragaminas, helicópteros y otros aparatos militares (Taiwán también encargó submarinos y cazas F-16, pero Obama se negó a suministrarlos). Tenemos a las 2 mayores potencias enfrentadas, con muchas cosas que perder y muy poco que ganar, y es muy posible que ambas estén cautivas de una política equivocada. Por ejemplo, China está convencida que debe reaccionar, pase lo que pase, a la próxima visita del Dalai Lama a la Casa Blanca, o a la descarada venta de armas estadounidenses a Taiwán.

Barack Obama, por su parte, ante las próximas elecciones al Congreso, cree que debe ocultar a los estadounidenses de a pié que su país ya hace mucho que dejó de ser el que fue en el pasado. Por lo tanto, lo lógico es que los dos contendientes ejecuten su ritual de amenazas, se digan palabras altisonantes y lleguen a un acuerdo. Sin embargo, hay explicaciones más profundas: según el Diario Estadounidense The Washington Post, "China ha variado recientemente las pautas de su comportamiento habitual". Y es natural, porque China ha pasado a ser la segunda potencia mundial. Algunos chinos están copiando los errores de los estadounidenses de los años (1990), cuando éstos pensaban que su país iba a ser la superpotencia absoluta para siempre, y adquieren rasgos imperialistas, pero cierto que hay otros chinos que no piensan así.

Durante la visita de Barack Obama a Pekín el año pasado, China negó con suavidad la posibilidad de un control conjunto EUA-China sobre la comunidad internacional, idea muy popular en el gabinete estadounidense. Lo más importante de aquella propuesta se oculta tras las palabras: Washington pensaba (y piensa) que un mando conjunto significa que EUA dirige y China le sigue. Así que Pekín (Beijing) esperará a que a Barack Obama se le rompa esta ilusión, cosa que, es muy posible que ocurra en un futuro muy próximo... o muy lejano... en cualquier caso, es interesante analizar las razones que han llevado al equipo de Barack Obama a echar a perder unas relaciones con China que, a comienzos de su mandato, eran consideradas como prioritarias para el s. XXI.

La Revista Foreign Affaire ha llegado a la siguiente conclusión: EUA encarnado en Barack Obama, no es capaz de elegir entre las 2 poderosas fuerzas que imperan(y siempre han imperado), en su idiosincrasia y, por ende, en su política exterior. Una fuerza cree que EUA no pueden mantener su estabilidad mientras que otros regímenes, distintos del estadounidense, existan en el mundo y hay que luchar contra ellos. La otra fuerza cree que sólo con el ejemplo de una próspera América conseguirán lo que pretenden. La Administración de Barack Obama todavía carece de una estrategia clara en política exterior, sino sólo utiliza métodos tácticos. Las desavenencias con China descubrieron esta realidad.

Artículo aportado por Fabián Granobles Ocampo

jueves, 28 de enero de 2010

La futura guerra espacial


Guerras en el espacio como realidad del futuro
20:53 RIA NOVOSTI
20/ 01/ 2010

Los medios de prensa estadounidenses sospechan que China e India diseñen sistemas antisatélite, según un artículo publicado recientemente sobre ese tema por la Revista "New Scientist". Hasta los últimos años, sólo Rusia (ant. URSS) y EUA pudieron diseñar y construir armas antisatélite. Según analistas estadounidenses, ahora China e India desarrollan tecnologías similares. ¿Tendrá fundamento esa opinión?

El papel que desempeñan los sistemas espaciales en la actualidad es difícil de subestimar. Desde (1970) del s. XX, procesos como el mando de las tropas, comunicación, detección de objetivos, navegación y otras actividades bélicas operativas pasaron a depender en gran medida de los aparatos espaciales, cuya importancia cada vez es mayor.

Hoy día es imposible imaginar las Fuerzas Armadas de la mayoría de los países industrializados, incluida Rusia, sin un grupo de satélites multifuncionales de elevada disponibilidad operacional. La importancia del "componente espacial" está directamente vinculada al nivel de desarrollo de un país y de su Ejército. Pero los grupos de satélites son vulnerables. Al iniciar Rusia (URSS) y EUA el emplazamiento de satélites militares en el espacio, ambos países también empezaron a diseñar sistemas antisatélite. Estos esfuerzos se intensificaron, una vez articulada la Defensa Antimisil, en la que el componente espacial desempeña importante papel.

Esta "carrera espacial" dió por resultado el diseño y la construcción de sistemas de emplazamiento espacial conceptualmente nuevos: Satélites cazas con base en el espacio, misiles interceptores con base la tierra y misiles instalados en aviones de combate. Vale destacar las investigaciones destinadas a desarrollar armas láser antisatélite con base en el espacio y en la tierra. Sin embargo, los investigadores e ingenieros consiguieron pocos resultados.

China, que reclama su derecho a erigirse en centro de poder global, enfantiza la vital importancia de sistemas antisatélite. A principios de (2007), el gigante asiático ensayó con éxito un misil capaz de destruir satelites. El 11 de enero a las 22:26 hora media de Greenwich, China destruyó el Satélite Meteorológico Fengyun-1C perteneciente a este país que se encontraba a unos 800 kilómetros de altura en una orbita polar.

Aunque se desconoce el nombre concreto del misil, lanzado para destruir el satélite, varias fuentes mencionaron un Sistema Antisatélite KT-1/SC-19, versión modernizada del Misil Balístico Intercontinental de mediano alcance DF-21, de unas 15 toneladas de peso y 11 metros de largo, equipado con una Ojiva KKV (vehículo destructor de energía). El misil impactó directamente el satélite.

China fue el segundo país en la historia que ensayó con éxito armas antisatélite. Además de China, sólo EUA consigió destruir satélites (el 13 de septiembre de 1985, derribó un satélite estadounidense con un Misil Antisatélite ASAT lanzado desde un Caza F-15; el (21 de febrero de 2008), destruyó un satélite espía en desuso con un misil estándar).

Los ensayos chinos de armas antisatélite mostraron que China está preparada para una guerra en el espacio, lo que produjo una respuesta nerviosa, en primer lugar, por parte del Japón y EUA.

Todo el mundo sabe que China sigue desarrollando armas antisatélite y diseñando nuevas versiones de misiles interceptores. Aunque no hay tantas pruebas evidentes que India también desarrolle sistemas antisatélite, la Organización para Investigaciones y Desarrollo de Defensa de India (DRDO) manifestó su intención de diseñar un satélite caza. De ser verdadera esta declaración, India planea seguir el ejemplo de Rusia (URSS), que desarrolló varios tipos de aparatos orbitales y antisatélite, incluida la Estación de Combate Espacial Skif-DM (de unas 80 toneladas de peso) que debió ser puesta en órbita por un Cohete Portador Energía.

Resulta difícil prever cuándo India podrá diseñar un sistema antisatélite y lanzarlo al espacio. A juzgar por todo, tardará muchos años en implementar este proyecto.

Al mismo tiempo, India bien podrá desarrollar, tomando como prototipo misiles balísticos de mediano alcance, un misil interceptor para destruir satélites, como lo hizo China. El número de naciones dotadas de armas antisatélite aumentará con el correr del tiempo. Todos los países que disponen de misiles balísticos intercontinentales de mediano alcance, incluyendo Irán y Corea del Norte, están en condiciones de diseñarlas. Pero hoy es imposible pronosticar la influencia que tales programas ejercerían en el desarrollo de sistemas militares espaciales.


Material enviado por Fabián Granobles Ocampo