miércoles, 18 de abril de 2007

La Peor Decadencia: el Negocio de la Guerra

La caída del dolar sería peor aún si evitar su desplome no fuera el eje del gobierno de Bush. ¿Por qué? Sencillamente, porque ni siquiera le interesaría ganar un hipotético enfrentamiento o pulseada con China, sino más bien crear una situación de "guerra perpetua" como gigantesca cortina de humo para los grandes negociados de los contratistas del Estado, ejemplo: los fabricantes de armas. Esta banda sería como dice el tango: "cuando junés que a tu lado se prueban la pilcha que vas a dejar". Lejos de querer salvar a su patria, menos aún al dólar, buscarían la manera de literalmente saquear al país antes que la crisis explote. Para ello, la implantación de un régimen pseudo fascista y anticonstitucional sería el "chaleco de fuerza" ideal para asegurarse mayor "tranquilidad" e impunidad para actuar. Imaginamos que antes que ello ocurra, ese botín será rápidamente transformado en euros, yuanes y oro fuera de Estados Unidos...Ahora bien, si son capaces de saquear a su propio país, imaginemos qué hacen en Iraq...
"El Congreso debe cortar las ganancias de guerra de la familia Bush"
por Evelyn Pringle para GlobalResearch
Abril 10, 2007© Copyright Evelyn Pringle, Countercurrents.org, 2007
El lunes 9 de abril de 2007 el Boston Herald reportó que el Ejército de EE.UU había anunciado la muerte, en el fin de semana de Pascua, de 10 soldados estadounidenses más, incluyendo 6 muertos el Domingo. La agencia Associated Press informó que, desde que la guerra comenzó en marzo 2003, más de 3000 miembros del Ejército de EE.UU habían muerto en Iraq, hasta el 8 de abril de 2007.
Los militares informaron la muerte de cuatro soldados estadounidenses más el martes.
Es casi imposible estimar el número de civiles muertos en Iraq, pero el Herald reportó que al menos 47 personas fallecieron o encontraron la muerte en forma violenta el Domingo de Pascua, incluyendo 17 víctimas de ejecución abandonadas en la capital.
Noticias procedentes fuera de Iraq también informan que una mujer llevando un velo negro y rodeada de explosivos se inmoló fuera de una estación de policía de Iraq el martes, matando a 16 personas.
De acuerdo al L.A. Times del 14 de enero de 2007, Steven Kosiak, director del estudios de presupuesto en el Centro para Asesoramientos Estratégicos y Presupuestarios en Washington, dijo que, comenzando con la bandera antiterrorismo una semana después de los ataques de 9/11, él estima que EE.UU ha gastado u$s 400 mil millones "peleando" contra el terrorismo, a lo largo del año fiscal 2006, el cual terminó el 30 de septiembre 2006. En enero 2007, la vocera del Cuerpo de Marina, la Teniente Coronel Roseann Lynch, contó a Reuters que la guerra en Iraq está costando u$s 4.5 mil millones por mes para "gastos operativos" militares, lo que no incluye nuevas armas y equipamiento.
Desde que esta guerra al terror fue declarada con posterioridad a 9/11, los niveles de pago a los CEOs (directores ejecutivos) de los 34 principales contratistas de defensa se han duplicado. La compensación promedio se elevó desde los u$s 3.6 millones durante el período 1998-2001, hasta los u$s 7.2 millones en 2002-2005, de acuerdo a un informe de agosto de 2006 titulado "Exceso Ejecutivo 2006", del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington, y el Unidos por una Economía Justa, con sede en Boston.
Este estudio descubrió que desde 9/11, los 34 CEOs de defensa se han embolsado un total combinado de u$s 984 millones, o lo suficiente, según dice el informe, para cubrir los salarios de más de un millón de iraquíes por un año. En 2005, el promedio total de compensaciones para los CEOs de grandes corporaciones de EE.UU estuvo sólo un 6% por encima de los niveles de 2001, mientras que la paga a los CEOs de defensa fue 108% más alta.
Pero el apellido de una familia, que está literalmente amasando una fortuna sobre las espaldas de nuestros heroes muertos, coincide con el de aquel hombre que maneja los hilos en la Casa Blanca. El 11 de diciembre de 2003, el Financial Times reportó que tres personas habían contado al Times que habían visto cartas escritas por Neil Bush que recomendaba iniciativas de negocios en el Medio Oriente, promovidas por la New Bridges Strategies, una firma establecida por el ex director de campaña del presidente Bush, quien renunció a ese cargo dado por Bush para ser el director de FEMA, tres semanas antes de que empezara la guerra en Irak.
Neil Bush cobraba un honorario anual para "ayudar a las compañías a asegurarse contratos en Iraq", decía el Times.
Pero Neil Bush no es de ningún modo el único Bush que saca partido de la guerra al terror. El primer presidente Bush está tan enredado con entidades que se han beneficiado grandemente que es difícil incluso saber por dónde empezar. Bush se unió al Carlyle Group en 1993, y se convirtió en miembro de la Dirección Consultora Asiática de la firma.
El Carlyle Group fue más conocido por comprar compañias dedicadas a la Defensa y duplicar o triplicar su valor, y estuvo fuertemente apoyado por contratos de Defensa. Pero en 2002, la firma recibió u$s 677 millones por contratos gubernamentales, y para 2003, sus contratos se estimaban en u$s 2.1 mil millones.
Antes de 9/11, algunas compañias de Carlyle no estaban yendo muy bien. De hecho, el futuro de Vought Aircraft parecía negro cuando la compañia despidió el 20% de sus empleados. Pero los negocios florecieron poco después que las guerras en Afganistán e Iraq comenzaron, y la compañía recibió más de u$s 1 mil millones en contratos de defensa.
Las conexiones de la familia Bush con la de Osama Bin Laden parecen casi surrealistas. El 28 de setiembre de 2001, dos semanas después de 9/11, el Wall Street Journal reportó que, "George H.W. Bush, el padre del presidente Bush, trabaja para el negocio de la familia de bin Laden en Arabia Saudita a través del Carlyle Group, una firma consultora internacional".
Como representante de Carlyle, uno de los inversores que Bush trajo a Carlyle fue al Bin Laden Group, una compañía constructora propiedad de la familia de Osama. Los Bin Laden han sido llamados los Rockefellers del Medio Oriente, y el padre, Mohammed ha amasado un imperio de u$s 5 mil millones, según se cree. De acuerdo al Journal, Bush convenció a Shafiq bin Laden a invertir u$s 2 millones con Carlyle.
El Journal descubrió que Bush se había reunido con los bin Ladens al menos dos veces entre 1998 y 2000. El 27 de setiembre de 2001, el Journal reportó que había confirmado que una reunión tuvo lugar entre Bush padre y la familia bin Laden a través del Director de Gabinete de la Presidencia, Jean Becker. La actual afiliación del presidente, poco publicitada, con la familia de bin Laden se retrotrae a sus días con Arbusto Oil cuando Salem bin Laden canalizaba dinero a través de James Bath para sacar del apuro a esa compañia quebrada en particular.
Probablemente el informe más escalofriante acerca de este extraño grupo de camaradas es que en 9/11, el día que sirvió como punto de partida para la altamente redituable guerra al terror, Shafiq bin Laden participaba de una reunión en la oficina de Carlyle Group, y estaba mirando la TV con otros miembros de la firma mientras el World Trade Center colapsaba.
El hecho de que a tantos sauditas, incluyendo a muchos bin Ladens, se les permitiera volar fuera del país justo después de 9/11, mientras los estaounidenses todavía estaban imposibilitados para hacerlo, ha parecido siempre algo extraño para la mayoría de la gente también, especialmente cuando nadie de la administración Bush fue capaz de explicar quién dio permiso para los vuelos.
Cerca de un mes después de 9/11, en octubre 2001, el Carlyle Group restringió sus lazos con el Bin Laden Group, pero la familia Bush no. En enero de 2002, Neil Bush hizo un viaje a Arabia Saudita que estaba esponsoreado por la Compañia de Construcción Bin Laden y el Príncipe Alwaleed bin Talal, el mismo príncipe que ofreció al alcalde de New York, Rudy Giuliani u$s 10 millones para ayudar a la víctimas de 9/11 un gesto que Rudy rechazó.
En el otoño de 2003, Bush Senior finalmente renunció al Carlyle Group mientras las acusaciones acerca de la especulación de la familia con la guerra se hacían cada vez más fuertes. Sin embargo, de acuerdo al Washington Post todavía retenía acciones de la firma y daba discursos en su favor por un honorario de u$s 500.000.
Las compañias Carlyle se han posicionado muy bien además en la bonanza de la Seguridad de la Patria. La Federal Data Systems y la US Investigations Services tuvieron contratos de varias decenas de miles de millones de dólares, para proveer controles de fondo para varias aerolíneas, el Pentágono, la CIA y el Departamento de Seguridad de la Patria. Marvin y Jeb Bush son también miembros altamente exitosos del equipo familiar que especula con la guerra. Marvin es cofundador y socio en Winston Partners, una firma privada de inversiones, y Jeb es un inversor en la Winston Capital Fund, la cual es maejada por Marvin.
Winston Partners es parte del Chattarjee Group, que adquirió 5.5 millones de acciones de una compañia llamada Sybase en 2001, una firma que tuvo contratos valuados en u$s 2.9 millones con la Armada, u$s 1.8 millones con el Ejército y u$s 5.3 millones con el Departamento de Defensa. Todos sumados, la procuración federal listó una base de datos de los contratos de la firma como de u$s 14.754.000.
Y Sybase no era la única compañia que daba réditos de guerra para Marvin y Jeb. El portfolio de Winston Partners también incluía la Amsec Corp, que en 2001 fue premiada con u$s 37.722.000 en contratos con la Armada.
El socio de negocios de Marvin, Scott Andrews, se sentaba en el Directorio de Amsec, y el CEO de la compañia era Michael Braham, que anteriormente trabajó para Paul Bremer, el líder de la Autoridad Provisional de Coalición, responsable de otorgar contratos en Iraq.
Este es el mismo Paul Bremer que usó dinero Iraqui del Fondo del Desarrollo para Iraq para recompensar con 5 contratos sin licitación a la "vaca del efectivo" de Dick Cheney, Halliburton, valuados en u$s 222 millones, u$s 325 millones, u$s 180 millones, y u$s 194 millones combinando los dos últimos, de acuerdo al informe del 28 de julio de 2004, del Auditor Inspector General Stuart Bowen, titulado "Controles del manejo de fondos de tesorería en el Fondo de Desarrollo para Iraq".
Según lo que surge, Halliburton recibió 60% de todos los contratos pagados con dinero Iraquí. En el informe de enero de 2005, el Inspector Bowen concluyó que las autoridades de la ocupación rindieron cuentas muy pobremente sobre u$s 8 mil millones en fondos iraquíes, y dijo que "la Auditoría General no implementó adecuados controles financieros".
El tío del Presidente, William (Bucky) Bush, es el más visible especulador de la guerra del equipo. Se sentó en el directorio de unos de los mayores contratistas militares llamado Engineered Support Systems. Seis meses antes de que empezara la guerra de Iraq, el 16 de setiembre de 2002, la revista Money de CNN se refirió a ESS como una de "las siete acciones de defensa que las administradoras de fondos quieren" y una administradora de fondos dijo que ESS era una de las dos compañias que "más ganarían con la guerra de Iraq".
Como director, el tío William recibió un honorario mensual y opciones en acciones. En enero de 2003, antes que la guerra de Iraq empezara, poseía 33.750 acciones, pero un año más tarde, en enero de 2004, tenía 56.521.
El hecho de que el Tío William tiene injerencia interna en la Casa Blanca apenas es discutible. El 25 de marzo de 2003, Bush pidió al Congreso fondos "para cubrir operaciones militares, actividades de reconstrucción y ayuda, y para operaciones en curso en la guerra global contra el terrorismo", y al día siguiente ESS anunciaba una gran orden del Ejército para sus sistemas de Refugio Protegido Químico Biológico.
El Tío William se ha convertido en un hombre muy rico desde que su sobrino asumió el cargo. En enero de 2005, la Comisión de Valores mostró que hizo unos u$s 450.000 al vender acciones de ESS. Pero le fue mejor aún al año siguiente.
De acuerdo al Informe Excess, a través de una serie de contratos de defensa, los ingresos de ESS alcanzaron niveles récord y prepararon el camino para la venta de la firma a otro contratista de defensa, la DRS Technologies, en enero de 2006, y entre los beneficiarios del acuerdo estaba el Tío William, que sacó de la venta u$s 2.7 millones en efectivo y acciones.
Es tiempo para que el Congreso deje de depositar dinero público en las cuentas bancarias de Bush. Los legisladores necesitan notificar a la Casa Blanca que todos los fondos para Iraq están terminados, excepto para lo necesario para la inmediata remoción de nuestras tropas de este repugnante esquema de especulación con la guerra.
Evelyn Pringle es una reportera de investigación.