domingo, 24 de agosto de 2008

La Nueva Guerra Fría: Rusia en el camino de EE.UU


EE.UU ve mucho que temer en una Rusia hostil

Por Peter Baker

International Herald Tribune, 21 de agosto de 2008
El Presidente de Siria pasó dos días en Rusia esta semana con una lista de compras de armas sofisticadas que quería comprar. La visita puede resultar en un presagio de cosas por venir.

Si el conflicto en Georgia se instala en un período sostenido de renovada animosidad entre Rusia y Occidente, Washington teme que un nuevamente envalentonado pero enemistado Moscú pueda utilizar su influencia, dinero, recursos energéticos, el veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, sí, su industria armamentística para socavar los intereses de EE.UU en el mundo.
Aunque Rusia ha suministrado armas a Siria por mucho tiempo, se ha retraído hasta ahora en proveerle la próxima generación de misiles balísticos. Pero el Presidente Bashar al-Assad de Siria dejó en claro que esperaba capitalizar el aumento de tensiones entre Moscú y Occidente cuando se precipitó a la ciudad turística de Sochi para reunirse con su homólogo ruso, Dmitri Medvedev.
La lista maneras en las que una Rusia más hostil podría causar problemas a los Estados Unidos se extiende mucho más allá de Siria y de las montañas de Georgia. Además de mayores ventas de armas a otros estados antiamericanos como Irán y Venezuela, los políticos y especialistas prevén aquí un congelamiento en la cooperación en contraterrorismo y en la no proliferación nuclear, manipulación de las fuentes de petróleo y gas natural, presión contra las bases militares estadounidenses en Asia Central y el colapso de los esfuerzos por ampliar los tratados de control de armas de la era de la Guera Fría.
"Es Irán, son las Naciones Unidas," dijo Angela Stent, que sirvió como principal funcionaria rusa en el Consejo de Inteligencia Nacional del gobierno de los Estados Unidos hasta 2006 y ahora dirige estudios rusos en la Universidad de Georgetown. "Son todos los programas contraterroristas y contranarcóticos, Siria, Venezuela, Hamas - hay cualquier cantidad de cuestiones sobre las que pueden ser menos cooperativos de lo que lo han sido. Y por supuesto, la energía.
Michael McFaul, un profesor de la universidad de Stanford y el asesor principal sobre Rusia del senador Barack Obama, el presunto candidato presidencial democráta, dijo, "El potencial es grande porque al final del día, son una hegemonía en esa región y nosotros no y eso es un hecho". McFaul dijo que Rusia apareció decidida a intentar "alterar el orden internacional" y que tenía la capacidad para tener éxito.
Rusia aún puede refrenarse de algunas de las opciones más perjudiciales, dependiendo de cómo ambas partes actúan en las próximas semanas y meses. Muchos en Washington esperan que Rusia se refrene por su propio interés; Moscú, por ejemplo, tampoco quiere que Irán tenga armas nucleares y por lo tanto, tiene incentivo para seguir trabajando con los Estados Unidos para presionar a Teherán para que renuncie a su programa de enriquecimiento de uranio.
También Moscú puede también ser contenido por el deseo de su elite económica de permanecer en el camino hacia la integración con el resto del mundo. El principal índice de acciones ruso cayó fuertemente en los últimos días, lo que costó a los inversores - muchos de los cuales tienen estrechos vínculos con el círculo del Primer Ministro Vladimir Putin - 11 mil millones de dólares.
Sin embargo, aunque el enfrentamiento en Georgia se había ido gestando durante años, el estallido de violencia demostró simplemente cuán abruptamente puede cambiar la escena internacional. Ahora Rusia es el principal foco en Washington, y algunos diplomáticos veteranos se preocupan de que la situación se salga vertigosamente de control.
"El enojo no es una política," dijo Strobe Talbott, quien fuera Subsecretario de Estado del Presidente Bill Clinton y es ahora Presidente de la Brookings Institution. "La preocupación no es una política. El enojo no es una política".
"Aunque el enojo, la preocupación y la indignación son todos apropiados en esta situación, no deberían confundirse con la política y no deberían confundirse con la estrategia," añadió.
Para Washington, hay opciones limitadas para aplicar presión. El Senador John McCain, el presunto candidato presidencial republicano, quiere expulsar a Rusia del Grupo de las 8 grandes potencias. Tal acción admitiría el fracaso de 17 años de política bipartidista encaminada a la incorporación de Rusia al orden internacional.
Sin embargo, el menú de opciones de Washington palidece en comparación con la de Moscú. Masha Lipman, una analista del Centro Carnegie de Moscú, dijo, "es mucho más" lo que los Estados Unidos necesitan de Rusia que al revés, citando los esfuerzos para asegurar las armas nucleares de la antigua Unión Soviética, apoyar el esfuerzo de la guerra en Afganistán y forzar a Irán y Corea del Norte para que renuncien a los programas nucleares. "Por lo tanto Rusia tiene toda la influencia," dijo.
Al pronosticar el potencial de Rusia para causar dolores de cabeza, la mayoría de los especialistas mira primero a Ucrania, que quiere integrarse a la OTAN. El escenario de pesadilla que está circulando en los últimos días es un intento de Moscú para reclamar la estratégica península de Crimea para asegurar el acceso al Mar Negro. Legisladores ucranianos están investigando informes de que Rusia ha estado concediendo masivamente pasaportes a rusos étnicos que viven en Crimea, una táctica que Moscú utilizó en las repúblicas disidentes georgianas de Osetia del Sur y Abjazia para justificar la intervención para proteger a sus ciudadanos.
La venta de armas, como puso de relieve la visita de Assad, representa otra forma en la que Rusia podría crear problemas. Los gobiernos de Israel y de Occidente ya se han alarmado acerca de los informes de que los primeros elementos de un sistema de misiles antiaéreos de construcción rusa S-300 están siendo enviados a Irán, quien podría utilizarlo para derribar cualquier avión de Estados Unidos o Israel que busque bombardear las instalaciones nucleares, si alguna vez se intentara.
Rusia podría hacer más difícil a los Estados Unidos y a la OTAN para que apoyen las fuerzas en el Afganistán. Rusia acordó en abril el permitir que la OTAN enviara suministros no-letales a través de su territorio camino a Afganistán, un derecho de paso que fácilmente podría revocar. Rusia también podría subir la presión en Kirguistán para desalojar a las fuerzas de EE.UU. que apoyan operaciones en Afganistán y podría bloquear cualquier regreso a gran escala hacia Uzbekistán, que echó a los Estados Unidos en 2005.
"El argumento podría ser: ¿por qué ayudar a la OTAN? " dijo Celeste Wallander, una académica rusa de la Escuela de Servicio Exterior de Georgetown.
Incluso más allá de la disputa sobre Irán, Rusia podría obstaculizar a los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre una variedad de otras cuestiones. Sólo el mes pasado, Rusia vetó sanciones contra el Gobierno de Zimbabwe, una movida vista como una bofetada en Washington.
"Si Rusia se siente maleducada, puede bastante bien dar un parate a cualquier tipo de medidas coercitivas, como sanciones económicas o cualquier otra cosa," dijo Peter Feaver, un ex asesor estratégico del Consejo Nacional de Seguridad.
Rusia también podría acelerar su retirada de las estructuras sobre control de armas. Ya ha suspendido el tratado de Fuerzas Convencionales en Europa para protestar contra los planes de defensa misilística de EE.UU. y amenazó con retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias. Renovada tensión podría disolver un acuerdo de cooperación nuclear civil firmado recientemente y condenar las negociaciones para extender los programas de verificación de control de armas que caducan dentro de poco.
"Irónicamente, desde el colapso de la Unión Soviética, siempre ha habido la preocupación de que Rusia se convierta en un boicoteador" dijo stent, profesor de Georgetown, "y ahora podríamos ver la realización de ello."