domingo, 17 de agosto de 2008

Georgia: Y El Oso Ruso salió de la hibernación...

La guerra de Georgia-Rusia y el Equilibrio de Poder

13 de agosto, 2008-05: 12 pm
Por: STRATFOR.COM

La invasión rusa de Georgia no ha cambiado el equilibrio de poder en Eurasia. Simplemente, anunció que el equilibrio de poder ya había cambiado. Los Estados Unidos han sido absorbidos en sus guerras en Irak y Afganistán, así como en el posible conflicto con Irán y en una situación desestabilizadora en el Pakistán. No tiene fuerzas estratégica de tierra en reserva y no está en condiciones de intervenir en la periferia de Rusia. Esto, como hemos mantenido, ha abierto una ventana de oportunidad para que los rusos reafirmen su influencia en la esfera ex soviética.

Moscú no tenía que preoocuparse de la respuesta potencial de los Estados Unidos o de Europa; por lo tanto, la invasión no desplazó el equilibrio de poder. El equilibrio de poder ya se había desplazado, y dependía de los rusos cuándo hacer esto esto público. Lo hicieron el 8 de agosto.
Comencemos simplemente revisando los últimos días. En la noche del Jueves, 7 de agosto, las fuerzas de la República de Georgia cruzaron a través de la frontera de Osetia del Sur , una región secesionista de Georgia que ha funcionado como una entidad independiente desde la caída de la Unión Soviética. Las fuerzas avanzaron hasta la capital, Tskhinvali, que está cerca de la frontera. Las fuerzas georgianas quedaron atascadas al intentar tomar la ciudad. A pesar de los intensos combates, nunca se aseguraron plenamente la ciudad, ni tampoco el resto de Osetia del Sur.
En la mañana del 8 de agosto, las fuerzas rusas ingresaron a Osetia del Sur, usando fuerzas de infantería blindadas y motorizadas junto con la fuerza aérea. Osetia del Sur estaba informalmente alineada con Rusia, y Rusia actuó para impedir la absorción de la región por parte de Georgia. Dada la velocidad con la que los rusos respondieron — a pocas horas del ataque georgiano — los rusos estaban esperando el ataque georgiano y estaban ellos mismos en sus puntos de largada. El contraataque fue cuidadosamente planeado y competentemente ejecutado, y en las siguientes 48 horas, los rusos lograron vencer a la principal fuerza Georgiana y obligar a una retirada. Para el domingo, 10 de agosto, los rusos habían consolidado su posición en Osetia del Sur.
MAPA CONFLICTO GEORGIA

El lunes, los rusos habían extendido su ofensiva en la misma Georgia, atacando en dos ejes. Uno estaba al sur de Osetia del Sur hacia la ciudad Georgiana de Gori. La otra campaña fue desde Abjasia, otra región secesionistas de Georgia alineada con los rusos. Esta campaña fue diseñada para cortar la carretera entre la capital de Georgia, Tbilisi, y sus puertos. Para entonces, los rusos habían bombardeado los aeródromos militares en Marneuli y Vaziani y parecieron deshabilitar los radares en el Aeropuerto Internacional de Tbilisi. Estos movimientos trajeron a las fuerzas rusas a menos de 40 millas de la capital de Georgia, mientras hacían que el refuerzo y reabastecimiento de las fuerzas Georgianas se hiciera extremadamente difícil para cualquiera que hubiese querido realizarlo.
El misterio detrás de la invasión Georgiana.

En esta crónica simple, hay algo bastante misterioso: ¿por qué los georgianos eligieron invadir Osetia del Sur el Jueves a la noche? Hubo una gran cantidad de bombardeo por parte de los sur osetianos sobre pueblos Georgianos en las anteriores tres noches, pero mientras eran posiblemente más intensos de lo usual, los intercambios de artillería eran rutina. Los georgianos pudieron no haber luchado bien, pero comprometieron fuerzas bastante importantes que debieron tomar como mínimo varios días para desplegar y proveer. La movida de Georgia fue deliberada.

Los Estados Unidos son el aliado más cercano de Georgia . Mantenía unos 130 asesores militares en Georgia, junto con asesores civiles, contratistas involucrados en todos los aspectos del Gobierno Georgiano y personas haciendo negocios en Georgia. Es inconcebible que los estadounidenses desconocieran la movilización y las intenciones de Georgia. También es inconcebible que los Estados Unidos desconocieran que los rusos habían desplegado considerables fuerzas en la frontera de Osetia del Sur. La inteligencia técnica de EE.UU, desde imágenes y señales de satélite de inteligencia hasta vehículos aéreos no tripulados, no podía pasar por alto el hecho de que miles de tropas rusas se estaban moviendo hacia posiciones de avance. Los rusos sabían claramente que los georgianos estaban listos para moverse. ¿Cómo los Estados Unidos no pudieron percatarse de los rusos? De hecho, habida cuenta de la postura de las tropas rusas, ¿cómo los analistas de inteligencia pudieron haber pasado por alto la posibilidad de que los rusos hubieran tendido una trampa, esperando por una invasión Georgiana para justificar su propio contraataque?
Es muy difícil imaginar que los georgianos lanzaron su ataque en contra de los deseos de EE.UU. Los georgianos se apoyan en los Estados Unidos, y no estaban en condiciones de desafiarlos. Esto deja dos posibilidades. La primera es una crisis masiva en inteligencia, en la que los Estados Unidos desconocían la existencia de las fuerzas rusas, o sabían de las fuerzas rusas pero — junto con los georgianos — calcularon mal las intenciones de Rusia. La segunda es que los Estados Unidos, junto con otros países, han visto a Rusia a través del prisma de los años noventa, cuando la fuerza militar rusa era un caos y el gobierno ruso estaba paralizado. Los Estados Unidos no han visto a Rusia hacer un decisivo paso militar más allá de sus fronteras desde la Guerra de Afganistán de los años 70-80. Los rusos sistemáticamente habían evitado tales movidas durante años. Los Estados Unidos habían asumido que los rusos no se arriesgarían a las consecuencias de una invasión.
Si este fue el caso, entonces apunta a la realidad central de esta situación: los rusos habían cambiado drásticamente , junto con el equilibrio de poder en la región. Agradecieron la oportunidad de llevar a casa la nueva realidad, que era la que podían invadir Georgia y los Estados Unidos y Europa no podrían responder. En cuanto al riesgo, no consideron a la invasión como riesgosa. Desde el punto de vista militar, no hubo respuesta. Económicamente, Rusia es un exportador de energía que lo está haciendo muy bien — de hecho, los europeos necesitan la energía rusa incluso más de lo que los rusos necesitan vendérsela a ellos. Políticamente, como veremos, los Estados Unidos necesitaron a los rusos más de lo que los rusos necesitaron de los Estados Unidos. El cálculo de Moscú fue que éste era el momento de atacar. Los rusos se habían ido preparando durante meses, como hemos hablado, y atacaron.
El Acorralamiento Occidental a Rusia
Para entender el pensamiento ruso, necesitamos ver dos acontecimientos. El primero es la Revolución Naranja en Ucrania. Desde el punto de vista estadounidense y europeo, la Revolución Naranja representó un triunfo de la democracia y de la influencia Occidental. Desde el punto de vista ruso, como Moscú aclaró, la Revolución Naranja fue una intrusión financiada por la CIA en los asuntos internos de Ucrania, diseñada para traer a Ucrania dentro de la OTAN y sumar al acorralamiento de Rusia. Los Presidentes estadounidenses George H.W. Bush y Bill Clinton habían prometido a los rusos que la OTAN no se expandiría dentro del antiguo imperio de la Unión Soviética.
Esa promesa ya se había quebrado en 1998 por la expansión de la OTAN a Polonia, Hungría y la República Checa, y otra vez en la expansión de 2004, que absorbió no sólo al resto de los ex satélites soviéticos en lo que ahora es Europa Central, pero también a los tres estados bálticos, que habían sido componentes de la Unión Soviética.

Los rusos habían tolerado todo eso, pero la discusión de incluir a Ucrania en la OTAN representò una amenaza fundamental a la seguridad nacional de Rusia. Habría dejado a Rusia indefendible y habría amenazado con desestabilizar a la misma Federación de Rusia. Cuando los Estados Unidos fueron tan lejos como para sugerir que Georgia fuera incluida también, trayendo a la OTAN más profundamente en el Cáucaso, la conclusión Rusa — declarada públicamente — fue la de que los Estados Unidos en particular intentaban rodear y quebrar a Rusia.
El segundo y menor evento fue la decisión de Europa y de los Estados Unidos de respaldar la separación de Kosovo respecto a Serbia. Los rusos eran amistosos con Serbia, pero el asunto más profundo para Rusia era este: el principio de Europa desde la segunda guerra mundial fue que, para prevenir conflictos, las fronteras nacionales que no se cambiarían. Si ese principio era violado en Kosovo, otros desplazamientos de frontera — incluyendo demandas de distintas regiones para ser independientes de Rusia — podrían venir a continuación. Los rusos pública y privadamente pidieron que a Kosovo no se le diera la independencia formal, pero que en cambio continúe su autonomía informal, que era lo mismo en términos prácticos. Las solicitudes de Rusia fueron ignoradas.
De la experiencia de Ucrania, los rusos se convencieron de que los Estados Unidos estaban ocupados en un plan de estratégica circunvalación y asfixia de Rusia. De la experiencia de Kosovo, concluyeron que los Estados Unidos y Europa no estaban preparados para considerar los deseos rusos ni siquiera en asuntos bastante menores. Ese es el punto de ruptura. Si los deseos de Rusia no podían satisfacerse ni siquiera en un asunto menor como este, entonces claramente Rusia y Occidente estaban en conflicto. Para los rusos, como hemos dicho, la pregunta era cómo responder. Habiendo declinado responder en Kosovo, los rusos decidieron responder donde tenían todas las cartas: en Osetia del Sur.
Moscú tenía dos motivos, el menor de los cuales era como un "esto-por-aquello" sobre Kosovo. Si Kosovo podía ser declarado independiente bajo el patrocinio occidental, entonces Osetia del Sur y Abjazia, las dos regiones disidentes de Georgia, podrían ser declaradas independientes bajo el patrocinio ruso. Cualquier objeción por parte de los Estados Unidos y Europa simplemente Confirmaría su hipocresía. Esto era importante por razones políticas rusas internas, pero el segundo motivo era mucho más importante.
El Primer Ministro de Rusia, Vladimir Putin dijo una vez que la caída de la Unión Soviética fue un desastre geopolítico. Esto no significaba que quería mantener el Estado soviético; más bien, significaba que la desintegración de la Unión Soviética había creado una situación en la que la seguridad nacional rusa estaba amenazada por intereses occidentales. Como ejemplo, consideremos que durante la Guerra Fría, San Petersburgo estaba a aproximadamente 1.200 millas de un país de la OTAN. Hoy en día está a aproximadamente 60 millas de Estonia, un miembro de la OTAN. La desintegración de la Unión Soviética había dejado a Rusia rodeada por un grupo de países hostiles a los intereses de Rusia en diversos grados y fuertemente influidos por los Estados Unidos, Europa y, en algunos casos, China.
Reconstruir la esfera rusa
Putin no quería restablecer la Unión Soviética, pero sí quería restablecer la esfera de influencia rusa en la región de la ex Unión Soviética. Para lograrlo, tenía que hacer dos cosas. Primero, tenía que restablecer la credibilidad del ejército ruso como una fuerza de combate, al menos en el contexto de su región. Segundo, tenía establecer que las garantías occidentales, incluyendo la membresía de la OTAN, no significaban nada frente al poder ruso. No quiso hacer frente directamente a la OTAN, pero sí quería hacer frente y derrotar a una potencia que estaba estrechamente alineada con los Estados Unidos, que tenía el apoyo, ayuda y asesores de EE.UU y que era ampliamente vista como bajo protección estadounidense. Georgia fue la elección perfecta.
Al invadir Georgia como Rusia lo hizo (competente si no brillantemente), Putin restableció la credibilidad del ejército ruso. Pero mucho más importante, al hacer esto Putin reveló un secreto a voces: mientras los Estados Unidos estén atados en Medio Oriente, las garantías estadounidenses no tienen valor. Esta lección no es para el consumo estadounidense. Es algo que, desde el punto de vista ruso, los ucranios, los bálticos y los asiáticos centrales deben digerir. De hecho, es una lección que Putin quiere transmitir a Polonia y a la República Checa también. Los Estados Unidos quieren colocar instalaciones defensivas de misiles balísticos en esos países y los rusos quieren que entiendan que permitir que esto ocurra aumenta su riesgo, no su seguridad.
Los rusos sabían que los Estados Unidos denunciarían su ataque. En realidad esto juega en manos de Rusia. Cuanto màs vociferentes sean los altos líderes, tanto mayor el contraste con su inacción y los rusos querían llevar a casa la idea de que las garantías americanas son un discurso vacío.
Los rusos también saben algo más que es de vital importancia: para el Estados Unidos el Medio Oriente es mucho más importante que el Cáucaso, e Irán es particularmente importante. Los Estados Unidos quieren que los rusos participen en las sanciones contra Irán. Lo que es aún más importante, no quieren que los rusos vendan armas a Irán, especialmente el altamente eficaz sistema de defensa aérea S-300. Georgia es una cuestión marginal para los Estados Unidos; Irán es una cuestión fundamental. Los rusos están en posición de plantear graves problemas para los Estados Unidos no sólo en Irán, sino también con ventas de armas a otros países, como Siria.
Por lo tanto, los Estados Unidos tienen un problema - debe reorientar su estrategia fuera de Medio Oriente y hacia el Cáucaso, o tiene que seriamente limitar su respuesta hacia Georgia para evitar una contra rusa en Irán. Incluso si los Estados Unidos tuvieran un apetito por otra guerra en Georgia en este momento, tendrían que calcular la respuesta rusa en Irán — y posiblemente en Afganistán (aunque los intereses de Moscú están actualmente alineados con los de Washington).
En otras palabras, los rusos han hecho retroceder a los Estados Unidos hacia una esquina. Los europeos, quienes en su mayor parte carecen de ejércitos expedicionarios y son dependientes de las exportaciones de energía rusa, tienen incluso menos opciones. Si nada màs sucede, los rusos habrán demostrado que han reanudado su papel como potencia regional. Rusia no es una potencia mundial de ningún modo, sino una potencia regional importante con muchas armas nucleares y una economía que no está para nada demasiado desgastada en este momento. También ha obligado a cada Estado en la periferia rusa a re-evaluar su posición relativa a Moscú. Respecto a Georgia, los rusos parecen listos para exigir la dimisión del presidente Mikhail Saakashvili. Desde el punto de vista militar, ésa es su opción. Eso es todo lo que querían demostrar, y lo han demostrado.
La guerra en Georgia, por lo tanto, es el regreso público de Rusia al estatus de gran potencia. Esto no es algo que simplemente ocurrió — se ha estado desarrollando desde que Putin tomó el poder y con creciente intensidad en los últimos cinco años. Parte de ello tiene que ver con el aumento del poder ruso, pero una gran cantidad de elllo tiene que ver con el hecho de que las guerras en Medio Oriente han dejado a los Estados Unidos desequilibrado y corto en recursos. Como hemos escrito, este conflicto creó una ventana de oportunidad. El objetivo ruso es utilizar esa ventana para hacer valer una nueva realidad en toda la región, mientras que los estadounidenses están atados a otros lugares y dependen de los rusos. La guerra estuvo lejos de ser una sorpresa; se ha estado preparando durante meses. Pero los cimientos geopolíticos de la guerra se han estado construyendo desde 1992. Rusia ha sido un imperio durante siglos. Los últimos 15 años o màs o menos, no fueron una nueva realidad, sino sólo una aberración que sería rectificada. Y ahora se está rectificando.

Por George Friedman
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