jueves, 22 de mayo de 2008

El Tsumani de la Crisis Alimentaria


Crisis alimentaria expandiéndose como un “tsunami"

Por Nergui Manalsuren

IPSNews.com - 19/05/08

Artículo Original en inglés

NACIONES UNIDAS, - “un retumbante tsunami de disturbio social está en camino mientras hablamos -- gente hambrienta es gente desesperada capaz de tomar medidas desesperadas. Este tsunami está envolviendo rápidamente al sur mundial, y no pasará mucho antes de que golpee a la puerta del norte mundial, advirtió Vicente García-Delgado, el representante de la ONU para CIVICUS, la alianza mundial para la participación del ciudadano.

En un foro sobre la crisis alimentaria mundial llevada a cabo en las Naciones Unidas el viernes, grupos de la sociedad civil resaltaron que más de 800 millones de personas están ahora en peligro de hambre, mientras que 100 millones se han unido a las filas de los extremadamente pobres en apenas los últimos meses y ahora están viviendo con menos de un dólar por día.

El índice del precio de los alimentos de la Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU se elevó un 9 por ciento en 2006 y 23 por ciento en 2007. Para marzo de este año, los precios del trigo y el maíz fueron un 130 y un 30 por ciento más altos que el año anterior. Los precios del arroz se han más que duplicado desde enero último.

Un nuevo informe esta semana del Consejo Económico y Social de la ONU dice que los pobres, especialmente en zonas urbanas pero también los sin tierra y los pequeños granjeros rurales que son compradores netos de alimento, han sido los más vulnerables a las alzas del precio de los alimentos, pues una parte muy elevada de sus ingresos domésticos es utilizada en alimentos.

Sin embargo, “incluso dentro de los países ricos, porciones cada vez más grandes de la población están teniendo problemas reales para traer alimento a la mesa y pagar otras necesidades básicas,” García-Delgado dijo.

Recalcó que los desafíos a la paz y a la seguridad representados por la crisis del hambre y el cambio climático se deben entender como desafíos globales, pidiendo por soluciones globales que traten las preocupaciones de todas las naciones y gentes.

"Los gobiernos no deben ser presa de la tentación de buscar soluciones unilaterales basadas en no-soluciones defensivas o militaristas. Sería extremadamente peligroso mirar a la crisis actual estrictamente desde una perspectiva nacional. El recurso de acción refleja hacia una mentalidad del tipo “fortaleza América” o “fortaleza Europa” solamente exacerbaría los riesgos de caos social y político y no funcionará,” dijo García-Delgado.

Asma Lateef, directora del Pan para el World Institute, una organización cristiana de defensa de los pueblos que hace lobby sobre temas de hambre y pobreza en los Estados Unidos y en todo el mundo, dijo que los crecientes precios mundiales de los alimentos están siendo conducidos por al menos cuatro cambios estructurales.

Según Lateef, un factor es la demanda creciente de alimento y de dietas diversificadas, incluyendo la carne, en muchos países en vías de desarrollo pues la gente ha comenzado a escapar de la pobreza y ha visto un incremento en sus ingresos.

En segundo lugar, ella precisó la competencia por la utilización del suelo y el desvio de las cosechas planteados por los biocombustibles; en tercer lugar, las faltas de cosecha relacionadas con el clima asociadas posiblemente con el cambio climático, por ejemplo, la declinación en la producción de trigo debida a una extensa sequía en Australia; y finalmente, los crecientes precios del petróleo, como un todo contribuyendo a la inflación en los alimentos.

Lateef invitó a los donantes, incluyendo a los E.E.U.U., a esforzarse para conseguir el máximo beneficio de los recursos de ayuda alimentaria reduciendo restricciones en la obtención y el envio de ayuda alimentaria.

Ella remarcó que el sistema actual de ayuda alimentaria debe estar bien aprovisionado, ser eficiente y flexible porque “la capacidad del sistema de ayuda alimentaria está siendo severamente probado mientras el mundo intenta hacer frente a esta crisis, a los desastres recientes en Myanmar y China, y a los continuos esfuerzos humanitarios.”

“Además, los países necesitan ser alentados a que relajen o eviten las restricciones a la exportación de alimentos. Esto sólo exacerba el problema global. Necesitamos tomar un enfoque global,“ dijo.

"Especiales líneas de crédito y garantías deberían también hacerse disponibles para permitir a países importadores netos de alimentos cubrir las necesidades de la gente pobre y continuar comprando alimentos en los mercados internacionales, de maneras que no eleven las cargas de las deudas ni impongan más que la condicionalidad mínima,” dijo Lateef.

Alan Imai, codirector del Instituto Internacional Shumei, que compartió sus exitosas experiencias trabajando con una cooperativa de mujeres granjeras en Zambia, agregó que además de la acción inmediata, la comunidad internacional necesita considerar soluciones de largo plazo que llevarán a la producción alimentaria sostenible y al desarrollo económico.

También recalcó la importancia de la capacitación de las comunidades locales y de implicarlas en la toma de decisiones. “Las Naciones Unidas, los gobiernos y otras organizaciones involucradas deben consultar, confiar y escuchar a los granjeros locales para facultar hacia la autosuficiencia, en vez de depender de algunos científicos y compañías, cuyos motivos y perspectiva no puede ser la misma que la de aquellos que se están quedando sin alimento,” dijo Imai.

García-Delgado dijo que ciertamente existe la tentación de gritar “nosotros se los dijimos!"

“Años de ir a la rastra, de promesas incumplidas, de negociaciones sin fin, de lenta respuesta al cambio climático, y de negación a aprovechar la globalización del mercado -- éstas son algunas de las razones principales que nos han traído al triste apuro en el que nos encontramos en el comienzo del siglo XXI,” dijo.