miércoles, 5 de marzo de 2008

La Fed: una Caja de Pandora


Ben Bernanke sentado sobre el peligro financiero

El rescate de la Reserva Federal ha fallado


Por Ambrose Evans-Pritchard, redactor de negocios internacionales
The Telegraph, 3/3/08

Articulo Original

El veredicto ya está. Los recortes de emergencia de tasas de la Fed en enero han fallado en detener la espiral descendente hacia una verdadera deflación de la deuda. Una acción mucho más drástica será necesaria.

Los rendimientos en los US Treasuries a dos años cayeron a pique a 1.63 % el viernes en una huída hacia la seguridad, previendo un invierno financiero.

Los mercados de deuda se están congelando aún más profundamente, ocho meses completos dentro del crunch. El contagio se está expandiendo a los bolsillos más seguros del universo crediticio de los EE.UU.

Es duro de imaginar una situación más simple que la de Port Authority de Nueva York y New Jersey, que maneja puentes, terminales de autobús y aeropuertos.

La autoridad es un órgano público, respaldado por los dos estados. Aún así tuvo que pagar tasas del 20 por ciento en febrero después del cercano cierre del mercado de la “subasta a término” de u$s 330 mil millones. Originalmente había esperado pagar 4.3%, pero éso fue hace eones en el tiempo financiero.

“Nunca pensé que vería algo similar en mi vida,“ dijo James Steele, un economista de HSBC en Nueva York.

Ningún sano mortal necesita saber lo que subasta-a-término significa, salvo de que también se convirtió en una herramienta de los alquimistas del crédito de los EE.UU. Los bancos brevemente usaron el mercado como laboratorio para hacer aparecer préstamos de largo plazo con las tasas de corto plazo regaladas por Alan Greenspan. Ha venido a ser un fracaso. El que sigue en la línea es el mercado de derivados de u$s 45 billones para los CDS, (Credit Default Swaps - Intercambio por cesación de pagos en créditos).

La semana pasada, los spreads en los bonos de EE.UU. de alto rendimiento saltaron a 718 puntos básicos. El índice iTraxx Crossover que mide el riesgo de default corporativo en Europa rompió la barrera de 600. Ahora estamos mucho más alla del pico de agosto.

La deuda No-Calificada (sub-prime) está sondeando nuevas profundidades. Títulos clasificados con A emitidos a comienzos del 2007 cayeron a un récord del 12.72% en su valor nominal el viernes. El nivel de los BBB alcanzó el 10.42%. Los tramos “tóxicos” no valen nada.

¿Por qué no se detendrá? Porque los precios de las viviendas en EE.UU están en caída libre. El índice Case-Shiller para las 20 ciudades más grandes cayó un 9.1% interanual en diciembre. La tasa anualizada de caída fue del 18% en el cuarto trimestre, y ganando velocidad.

Como el gráfico muestra abajo, los hogares de los EE.UU. están sólo a mitad de camino en el tsunami de reajustes de tasa - 300 puntos básicos hacia arriba - en los préstamos promocionales.



El fondo de cobertura (hedge) de UK Peloton Partners juzgó mal a esta nueva pata del crunch. Después de un beneficio del 87% el año pasado apostando en contra de los no-calificados, cambió de lado para jugar al rebote. La semana pasada tuvo que liquidar un fondo de u$s 2 mil milones.

Como muchos, Peloton pensó que los recortes de tasa de la Fed desde 5.25% a 3% (con más por venir) terminarían con el pánico. Pero este no es un descenso normal, sujeto a una recuperación normal. El apalancamiento (leverage) es demasiado extremo. El capital bancario está demasiado erosionado. La tracción monetaria elude a la Fed. Una purga “austríaca” está en curso.

UBS dice que el costo del desastre crediticio alcanzará los u$s 600 mil millones. “El riesgo apalancado es un cáncer en este mercado.”

Intenten u$s 1 billón, dice el profesor Nouriel Roubin de Nueva York. El contagio está subiendo la escalera hacia las hipotecas calificadas, las propiedades comerciales, préstamos hipotecarios, préstamos para automotores, tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles. Ni siquiera hemos empezado la Onda Expansiva Dos: los desplomes inmobiliarios Británicos, del Club Med, de Europa del Este, y de las antípodas.

Como lo que una vez fuera impensable se está desarrollando, los líderes de las finanzas globales se estremecen. Los europeos están en estado de estupor: temblando ante una inflación falsa; acobardados por un Bundesbank atávico; esperando pasivamente a que la tormenta atlántica golpee.

La mitad de la eurozona poco a poco se está parando. Italia se está deslizando a una recesión. Los precios de las propiedades están estancados o cayendo en Irlanda, España, Francia, Italia meridional y ahora Alemania. La moral del consumidor francés es la más baja en 20 años.

El euro alcanza el u$s 1.52 (desde el u$s 0.82 en 2000), más allá del umbral del dolor para los aviones, los autos, las mercancías de lujo y las materias textiles. La base manufacturera de Europa meridional está en gran parte debajo del agua. Como Le Figaro escribió la semana pasada, la supervivencia de la unión monetaria está en duda. Así y todo, el Banco Central Europeo (BCE) espera; todavía los gobernadores del bloque Alemán lanzan fuego sobre la inflación.

La Fed ahora está cantando con un libro de himnos diferente, alertando sobre la “posibilidad de algunos resultados muy desfavorables”. La inflación no es uno de ellos.

“Habrá probablemente algunas caídas de bancos,” dijo Ben Bernanke. Él sabe perfectamente bien que el pico de precios de los EE.UU. es un falso susto, la cola de un shock de alimentos y combustible.

“Espero que la inflación descienda. No pienso que estemos de ningún modo cerca de la situación de los años '70,“ dijo al Congreso.

De hecho no. Los salarios reales se están comprimiendo. El petróleo y los “Ags” (productos agricolas) están actuando como un impuesto. El desempleo de diciembre saltó a su tasa más rápida en un cuarto siglo.

El mayor riesgo es la depresión, dice el profesor Paul Krugman de Princetown. “La Fed está estudiando la experiencia japonesa con tasas cero muy de cerca. El problema es que si quieren recortar tasas tan agresivamente a como hicieron a principios de los 90 y en el 2001, tienen que ir por debajo de cero.“

Esto significa “facilitación cuantitativa” como fue llamado en Japón. Como Ben Bernanke explicó en noviembre de 2002, la Fed puede inyectar dinero comprando grandes pedazos del mercado de obligaciones.

La sección 13 de la ley de la Reserva Federal permite al banco - en “circunstancias exigentes” - prestar dinero a cualquiera, y tomar sobre sí el riesgo crediticio. No ha hecho tal cosa desde los años 30.

En última instancia las grandes armas tienen los medios de detener el descenso hacia una Era del hielo económica. Pero ¿actuarán a tiempo?

“Nos estamos preocupando en forma creciente de que las autoridades en el mundo no lo entiendan,“ dijo Bernard Connolly, estratega global del Banque AIG.

“El grado de des-apalancamiento implica una destrucción al por mayor del crédito. El riesgo es que el “sistema bancario en las sombras” colapse completamente,“ dijo.

Por primera vez desde que esta tragedia griega comenzó, estoy realmente asustado.