domingo, 19 de agosto de 2012

China vs Japón o La Guerra Sin Fin Asiática

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China protesta por la visita de activistas japoneses a la disputada isla


Coches y negocios japoneses atacados por manifestantes a lo largo de China mientras la disputa territorial por las islas Senkaku/Diaoyu se intensifica

Tania Branigan en Beijing y agencias
guardian.co.uk , Domingo 19 de agosto 2012 13.01 EDT

Artículo original

Miles de manifestantes se lanzaron a las calles en toda China, atacando a coches fabricados en Japón y rompiendo ventanas de los negocios de propiedad japonesa, después de que activistas de Japón llegaran a una isla en disputa en el centro de una escalada en la disputa territorial entre Pekín y Tokio.

La cancillería china hizo un reproche a Tokio después que activistas llegaran a la isleta del  Mar Oriental de China, haciendo ondear banderas japonesas.

Activistas de Hong Kong visitaron las islas la semana pasada para presionar por el reclamo  de China, pero fueron detenidos y deportados por Japón.

Japón controla el archipiélago, al que denomina Senkaku, pero las islas también son reclamadas por China y Taiwán, que las conocen como las Diaoyu.

El Mar Oriental de China contiene valiosas reservas de energía y pesca y la pelea se complica con tensiones históricas de larga data. Muchos en China se quejan de que Japón no ha reconocido completamente o expiado por las atrocidades cometidas durante la guerra, mientras que en Japón existe una creciente ansiedad sobre el creciente poder militar de China.

Casi 2.000 personas con banderas chinas y pancartas se manifestaron en la ciudad sureña de Shenzhen, volcando coches japoneses, atacando restaurantes japoneses y quemando imágenes de banderas japonesas.

Qingdao, Taiyuan y Hangzhou también vieron protestas importantes, mientras que algunas más pequeñas tuvieron lugar en varias ciudades más a lo largo de China, desde la norteña Harbin  hasta Chengdu en el sudoeste. En Guangzhou y Shenyang los manifestantes se reunieron en los consulados japoneses.

Hubo protestas similares hace dos años, después que Japón detuviera a un capitán chino cuando su buque pesquero golpeara a uno de sus buques de patrulla. Pero las del domingo parecerían ser las mayores desde 2005, cuando decenas de miles marcharon durante varios fines de semana. Las autoridades chinas han sido notablemente más tolerantes a la protesta nacionalista que a otro activismo en el pasado.

Las protestas llegaron al tiempo que unos 10 nacionalistas japoneses desde una flotilla de 100 nadaran hasta la costa de Uotsori, una de las islas, y agitaran banderas japonesas.

"Hace cuatro días hubo un arribo ilegal de chinos a la isla y como tal tenemos que reafirmar firmemente nuestro propio territorio", Koichi Mukoyama, un parlamentario conservador a bordo de uno de los barcos dijo a AP.

"Esta es una forma de decirles que no pierdan el tiempo", Toshio Tamogami, uno de los líderes del grupo, dijo a Reuters.

El gobierno japonés había negado el permiso al grupo para arribar a las islas. Embarcaciones de la Guardia Costera estaban cerca y más tarde los funcionarios cuestionaron a los activistas.

La disputa territorial se calentó después de que el nacionalista gobernador de Tokio propusiera que la ciudad compre las islas, las que son de propiedad privada. El Gobierno central dijo entonces que las compraría él mismo.

El ministro de Relaciones Exteriores de China dijo que había protestado enérgicamente ante el embajador japonés sobre el arribo. "La conducta ilegal de los derechistas japoneses ha violado la soberanía territorial de China", agregó.

En un comentario, la agencia de noticias estatal Xinhua advirtió: "el arribo del domingo, junto con un aluvión de otras provocaciones, ha envenenado la atmósfera de las relaciones sino-japonesas y constituyeron otro revés a los esfuerzos de ambos países por impulsar sus lazos políticos y económicos."

Taiwán también convocó al representante de Japón en Taipei para presentar una protesta por el acto "provocativo", dijo.

El Primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, está bajo presión para adoptar una posición firme en la pelea y una disputa similar con Corea del Sur sobre las islas en el Mar de Japón conocidas como las Takeshima o Dokdo.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, visitó una de ellas a principios de este mes, en lo que muchos vieron como un intento de apoyo nacionalista de cara a las elecciones a finales de este año, y 30 de sus compatriotas celebraron una ceremonia el domingo para inaugurar un monumento allí.